Plataforma para el desarrollo personal. Bitácora de las cosas simples de la vida.
viernes, 31 de mayo de 2013
Lágrimas de hombre
Las lágrimas de hombre
son simples y profundas,
en el alma se esconden
como penas vagabundas.
Son lágrimas escuetas
pequeñas e indiscretas,
pero agitan emociones
y sumergen expresiones.
Es llanto, es a veces, risa
es dolor y a veces, calma;
es el corazón hecho trizas,
no hay remedio que valga.
Estas son mis lágrimas;
son tristezas y agonías,
pues torturan mi ánima
y humedecen mi poesía.
lunes, 1 de octubre de 2012
Te dejo ir
domingo, 2 de septiembre de 2012
Versos densos
jueves, 26 de abril de 2012
Todo se echó a perder
miércoles, 29 de febrero de 2012
Paloma herida
y tus alitas quieres descansar,
no olvides que aquí te espero
pues mi corazón te quiero dar.

Tú sabes que yo te he amado
entre lágrimas, risas y pesar,
en mi vida siempre he añorado
que tu corazón me puedas dar.
¡Descansa collareja, acurrúcate!
Reposa tu vuelo, baja del cielo;
en mis cálidos brazos, ¡abrígate!
¡Imagina que soy nido, arrebújate!
En mi cobijo con paredes y velos;
dormita sigilosamente, ¡refúgiate!
lunes, 23 de enero de 2012
Todo sucede por algo
Muchas veces en nuestra vida nos han ocurrido cosas que nos han afectado profundamente. Hechos fortuitos o sucesos inesperados, que nos han provocado dolor, tristeza y desesperanza. Acontecimientos como la partida de un familiar, la pérdida de un trabajo, un accidente doméstico, un proyecto cancelado repentinamente o la ruptura de una relación amorosa, nos han abatido, abrumado y hasta nos han destrozado el corazón.
Tal vez hayamos sentido que el mundo se nos vino encima. La carga es difícil de llevar. La impotencia nos lleva a la desesperación. Lloramos, renegamos, nos golpeamos la cabeza contra la pared y tratamos de buscar culpables. Queremos también buscar el por qué y nos sentimos mucho más vacíos al no encontrar respuestas. Definitivamente, no hay nada que pueda sosegarnos; es lo que creemos en ese momento.
Sin embargo, trascurre el tiempo y nos damos cuenta, que aquellas circunstancias desfavorables tuvieron una razón de ser. Todo sucedió por algo. Todo en la vida sucede por algo, y por algo bueno. Quizá hoy tengamos que llorar, pero mañana nos tocará reír. Como reza un adagio popular: “No hay mal que por bien no venga”; o mejor aún: “No hay mal que dure cien años. Tampoco cuerpo que lo resista”.
Como seres humanos debemos saber y reconocer que la vida suele presentarnos pruebas, problemas y conflictos. ¿Hasta dónde somos capaces de soportar? ¿Qué somos capaces de hacer para superar la adversidad? Las respuestas a estas interrogantes están dentro de nosotros mismos.
Lo cierto de todo es que bajo cualquier circunstancia el tiempo será nuestro mejor aliado. Suele ocurrir (bueno, casi siempre ocurre), que aquellos instantes que nos ha tocado sufrir, se convierten luego en simples e irrisorios anécdotas. Entonces, si después de la tormenta siempre llega la calma, aprendamos a ver el lado positivo de aquello negativo que nos sucede.