Mostrando entradas con la etiqueta LÁGRIMAS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta LÁGRIMAS. Mostrar todas las entradas

viernes, 31 de mayo de 2013

Lágrimas de hombre

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Las lágrimas de hombre
son simples y profundas,
en el alma se esconden
como penas vagabundas.

Son lágrimas escuetas
pequeñas e indiscretas,
pero agitan emociones
y sumergen expresiones.

Es llanto, es a veces, risa
es dolor y a veces, calma;
es el corazón hecho trizas,
no hay remedio que valga.

Estas son mis lágrimas;
son tristezas y agonías,
pues torturan mi ánima
y humedecen mi poesía.

lunes, 1 de octubre de 2012

Te dejo ir

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Entre lágrimas y risas
me dijiste muy de prisa:
“Perdón mi amor,
no te puedo amar”.

Me miraste fijamente,
inquieta, indiferente:
“Me abruma el dolor
tengo que marchar”.

Para de llorar,
deja de sufrir,
¡corre! te dejo ir.

Debes olvidar,
hora de partir,
vuela lejos, colibrí.


domingo, 2 de septiembre de 2012

Versos densos

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

I

Con lágrimas en el rostro te vengo a decir:
¡Perdóname mi amor! No te quise mentir.

Con la llaga en el alma te vengo a rogar;
una oportunidad, para volver a empezar.

Mirándote a los ojos no me atrevo a hablar,
porque sé que en tu enojo, yo debo callar.

Ahora en el silencio espero tu perdón;
devuélveme la calma, si tienes compasión.

II                                                     

Comienza un nuevo día con paz y con amor;
si vuelven las mentiras, regresa el dolor.

Juntemos nuestras manos; a Dios oremos,
para que Tú y Yo, juntos nos quedemos.

Bailemos pegaditos al ritmo de este son,
para sentir de cerca, el latir del  corazón.

Desnudarte también quiero; el alma y la razón,
y saber si tú me amas, con la misma devoción.

jueves, 26 de abril de 2012

Todo se echó a perder

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Lágrimas van cayendo,
mojan la tinta y el papel,
la pasión se está yendo
más rápido que un corcel.

¿Amor, me estás oyendo?
¿O me pongo un cascabel?
Tú no me estás creyendo;
yo me largo de este hotel.

Esta noche, estoy seguro,
dejaré este cuarto oscuro.
Espero nunca más volver.

Hoy, por el cielo yo te juro;
te ofrecí el amor más puro,
pero todo, se echo a perder.


miércoles, 29 de febrero de 2012

Paloma herida

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Si ya has volado demasiado
y tus alitas quieres descansar,
no olvides que aquí te espero
pues mi corazón te quiero dar.



Tú sabes que yo te he amado
entre lágrimas, risas y pesar,
en mi vida siempre he añorado
que tu corazón me puedas dar.

¡Descansa collareja, acurrúcate!
Reposa tu vuelo, baja del cielo;
en mis cálidos brazos, ¡abrígate!

¡Imagina que soy nido, arrebújate!
En mi cobijo con paredes y velos;
dormita sigilosamente, ¡refúgiate!

lunes, 23 de enero de 2012

Todo sucede por algo

Por: Juan Carlos Calderón Pasco

Muchas veces en nuestra vida nos han ocurrido cosas que nos han afectado profundamente. Hechos fortuitos o sucesos inesperados, que nos han provocado dolor, tristeza y desesperanza. Acontecimientos como la partida de un familiar, la pérdida de un trabajo, un accidente doméstico, un proyecto cancelado repentinamente o la ruptura de una relación amorosa, nos han abatido, abrumado y hasta nos han destrozado el corazón.


Tal vez hayamos sentido que el mundo se nos vino encima. La carga es difícil de llevar. La impotencia nos lleva a la desesperación. Lloramos, renegamos, nos golpeamos la cabeza contra la pared y tratamos de buscar culpables. Queremos también buscar el por qué y nos sentimos mucho más vacíos al no encontrar respuestas. Definitivamente, no hay nada que pueda sosegarnos; es lo que creemos en ese momento.

Sin embargo, trascurre el tiempo y nos damos cuenta, que aquellas circunstancias desfavorables tuvieron una razón de ser. Todo sucedió por algo. Todo en la vida sucede por algo, y por algo bueno. Quizá hoy tengamos que llorar, pero mañana nos tocará reír. Como reza un adagio popular: “No hay mal que por bien no venga”; o mejor aún: “No hay mal que dure cien años. Tampoco cuerpo que lo resista”.

Como seres humanos debemos saber y reconocer que la vida suele presentarnos pruebas, problemas y conflictos. ¿Hasta dónde somos capaces de soportar? ¿Qué somos capaces de hacer para superar la adversidad? Las respuestas a estas interrogantes están dentro de nosotros mismos.

Lo cierto de todo es que bajo cualquier circunstancia el tiempo será nuestro mejor aliado. Suele ocurrir (bueno, casi siempre ocurre), que aquellos instantes que nos ha tocado sufrir, se convierten luego en simples e irrisorios anécdotas. Entonces, si después de la tormenta siempre llega la calma, aprendamos a ver el lado positivo de aquello negativo que nos sucede.