miércoles, 7 de octubre de 2009

Miércoles brillante

Por: Juan Carlos Calderón Pasco
Hubiese sido un día cualquiera, excepto que después de tantos miércoles salió en la ciudad un radiante sol, que ya me hace imaginar cómo será de caluroso este verano.

Hubiese sido un día cualquiera si no fuera porque después de tanto trámites -burocráticos por cierto- cobré mis honorarios del mes de setiembre que llegaron tan, pero tan retrasados a mis manos, debido a que se depositaron en una cuenta bancaria que no era la mía.
Pero no. No fue un miércoles cualquiera y no sólo por estas irónicas y felices coincidencias, no. Fue por algo más especial, y digo especial porque no ocurre todos los días y porque no siempre me genera una impresión a tal punto de hacer que sonría y quitarme toda la incertidumbre que como todos los días -en las largas jornadas periodísticas- suelo tener cuando voy en busca de información.

Fue un día miércoles pero no de “miércoles”, porque al comenzar la mañana tras hacer un breve trabajo de rutina como escuchar la radio y revisar las páginas web de noticias, ingresé a mi blog y seguidamente al blog de una persona que hace poco conocí; alguien que genera mi admiración, estima y respeto.
Aunque en esta ocasión no hablaré específicamente de ella (ya habrá una gran oportunidad para hacerlo), quiero referirme hoy exclusivamente a su talento y a aquello que escribió en su blog “paralelogris” titulado como “Tecleando la Jota”, inspirado en JC.

Que yo recuerde y si la memoria no me falla, son poquísimas las ocasiones que he tenido el grato privilegio de leer algo redactado de manera pulcra y brillante como este artículo que hace referencia a la letra “J”, una letra poco agradable para mí. Sinceramente nunca me gustó, aunque lamentablemente sea la primera de mis nombres.

Sin embargo, hoy a través de una fina pluma (no tan común en estos tiempos ni en este medio), se le dio a la “J” el valor cuasi perdido. Por fin pude entender la esencia de esta undécima letra del abecedario español, aunque yo la escriba con el dedo medio de la mano derecha y no con el índice, conozco ahora su verdadero valor lingüístico y sé que si no hubiese existido, simplemente no me llamarían “JC” como lo hace ahora mi apreciada amiga de “paralelogris”.

Seguiré la recomendación, teclearé con más fuerza la letra “J” y cada vez que lo haga recordaré este día miércoles 7 de octubre y también a la persona que escribió este simpático artículo “Tecleando la Jota”, tal vez así sea más feliz y se iluminen mis días como ocurrió el día de hoy.

Por todo ello, estoy inevitablemente complacido e infinitamente agradecido…

Atentamente...

JC

"Este texto está dedicado a mi noble amiga Getty Hazlett Paco Morales, excelente escritora, como pocas que he tenido el privilegio de conocer".

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