Navidad Navidad

Al mundo paz



Allá en un pesebre

Feliz Navidad a todos

Son de Navidad

Dile que vuelva

Siempre contigo

Autor: César Calderón Ramírez

I

Cuando me encuentre lejos

y te sientas muy sola,

cuando llegue la noche

y te acuerdes de mí,

en la penumbra sé que tus labios

me nombrarán…

la suave brisa se dará prisa,

y un beso intenso a ti llegará.

Siempre contigo en mis pensamientos,

siempre contigo porque te quiero,

siempre contigo estará a tu lado…

mi corazón.

II

Ahonda mi tristeza

saber que estoy muy lejos,

mi alma sueña siempre

con estar a tu lado…

yo seguiré contigo

porque te siento mía,

porque no habrá en el mundo

otro amor como el mío.

III

Sé que amorosamente

llegaré para darte,

mis besos mis caricias

y verte sonreír…

y con ternura

entre mis brazos te besaré…

la suave brisa que un día a prisa,

llevo mis versos y mi canción.

El placer de tu existencia

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

El placer de saber que existes
es suficiente para poder vivir;
pues alegras mis días tristes
me das motivos, para sonreír.

Es el placer de tu existencia
el que ahuyenta mis temores;
al altísimo le debo reverencia
por escuchar a mis clamores.

A tus pies caigo rendido,
la magia en ti comienza;
me has estremecido.

El cielo te ha enaltecido,
¡oh mujer! es tu belleza;

el paraíso prometido.

Son del corazón

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Bailemos mi amor

un ritmo pegadito,

suave, despacito;

con son y sabor.

Bailemos el ritmo,

el son del corazón;

tic tac, bum bum,

tun tun, pom pom.

¡Danza! ¡gira! ¡salta!

no pares el compás;

el cuerpo pide más.

¡Grita! ¡silva! ¡canta!

pues brío encontrarás,

al ritmo de este vals.

Te dejo ir

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Entre lágrimas y risas

me dijiste muy de prisa:

“Perdón mi amor,

no te puedo amar”.

Me miraste fijamente,

inquieta, indiferente:

“Me abruma el dolor

tengo que marchar”.

Para de llorar,

deja de sufrir,

¡corre! te dejo ir.

Debes olvidar,

hora de partir,

vuela lejos, colibrí.

Pasión de primavera

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Quédate pasión de primavera

quiero reposar en tu regazo,

sentir de cerca tus abrazos;

como ocurrió la vez primera.

Quédate dulce compañera

o déjame seguir tus pasos,

pues no se romperá el lazo;

por tu adicción aventurera.

Es noche de setiembre

y se agranda mi tristeza,

¡debes comprenderme!

Al infinito mi alma reza,

pues llegará diciembre

y partirás con ligereza.

Corazón arrepentido

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Llorarás sin lagrimar
el amor se te ha ido,
su contrato ha vencido
no lo puedes revisar.

Llorarás sin sollozar;
corazón arrepentido,
tu mundo se ha caído
pues lo dejaste escapar.

Se acabó la devoción,
recibe tu escarmiento,
no hay más explicación.

¡Llora amargo corazón!
¡Desahoga tus lamentos!
pero, no pierdas la razón.

Amor indolente

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

¿Por qué ríes amor indolente?

Esa risa abre más la herida;

no supiste ser agradecida,

a secas, cruel e indiferente.

¡Ríete! que sepa la gente

¡Cuán grande fue tu ira!

me dijiste sólo mentiras,

por ello, no te arrepientes.

El fuego de mi alma ardiente

que te entregué con ilusión,

se ahogó ya, en un torrente.

La magia del amor reciente

que plasmé en mi canción,

quedó tallada, en mi mente.

Versos densos

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

I

Con lágrimas en el rostro te vengo a decir:

¡Perdóname mi amor! No te quise mentir.

Con la llaga en el alma te vengo a rogar;

una oportunidad, para volver a empezar.

Mirándote a los ojos no me atrevo a hablar,

porque sé que en tu enojo, yo debo callar.

Ahora en el silencio espero tu perdón;

devuélveme la calma, si tienes compasión.

II                                                     

Comienza un nuevo día con paz y con amor;

si vuelven las mentiras, regresa el dolor.

Juntemos nuestras manos; a Dios oremos,

para que Tú y Yo, juntos nos quedemos.

Bailemos pegaditos al ritmo de este son,

para sentir de cerca, el latir del  corazón.

Desnudarte también quiero; el alma y la razón,

y saber si tú me amas, con la misma devoción.

Sumaq

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Simpatía y ternura derrocha,

Un perrito que hace poco conocí,

Muñequito de peluche se parece;

Amor y cuidados él se merece…

Quiero también… un perrito así.

Loco

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

La magia de mi querer

está de ti distante,

no lo puedo comprender

soy un loco errante.

La rabia de perder

es para mí bastante,

no lo quiero ni saber

soy un loco andante.

De mi boca has de beber

la miel como sedante,

no alcanzo a comprender

cómo llegué a amarte.

Amada en mis sueños

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

En la paz de mi alma te abracé

en la luz de mis sueños te besé,

mi corazón te pude entregar

nunca quise de allí despertar

Allí en mis sueños me decías

que igual que yo me amarías,

que no me dejarías por temor

de llenar tu vida con dolor.

Pero desperté, ¡qué triste realidad!

fueron sólo sueños, nada fue real,

al menos tu rostro pude acariciar

y tus tiernos ojos contemplar.

La vida es muy dura en este mundo

y por eso quiero ser un vagabundo,

pero más prefiero seguir durmiendo

a estar despierto y por amor muriendo.

Quédate

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

No te vayas Luz

no te alejes de mí,

déjame tu aroma

flor de carmesí.

Calma por favor

el dolor y mi llanto,

alivia con tu amor

todo mi quebranto.

Quédate en mis brazos

para darte mi calor,

ellos son los lazos

que quitan el temor.

Se tú mi consuelo

mi paz y mi alegría,

eso le pido al cielo

Luz del alma mía.

La ternura de mamá

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Linda mamá, te agradezco eternamente
por todo tu amor y ternura,
por ser tan bella y tan pura...
hoy te agradezco a ti... sinceramente.

Tu ternura es excelsa e infinita
porque reboza de tu corazón,
no tiene límites, es devoción...
por eso te amo... madre bendita.

Tierna mamita mía...
te regalo estos versos,
por ser mi luz y mí guía.

Tu cariño y tus besos
son mi algarabía...
ante Dios, yo lo confieso.

Madre de mi vida

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Madrecita linda… madre querida,
es una bendición tenerte a mi lado…

pues treinta y tres años han pasado,

desde el día, que tú me diste vida.

Transcurría un domingo 13 de mayo,

el Día de la Madre el mundo celebraba…

tú con paciencia esperabas mi llegada,

para quererme y cuidarme sin desmayo.

Gracias por la vida, gracias madre mía,

hoy he de festejar por partida doble…

por ser siempre tan buena y tan noble,

por ser la luz, mi esperanza y alegría.

Madrecita linda… madre de mi vida,

es mi cumpleaños y te digo Feliz Día…

he de abrazarte con mucha algarabía,

María Esther… mi musa consentida.

Palabras engañosas

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Mentiras son tus palabras

algo así como macabras.

Siempre dijiste quererme

y hoy no quieres ni verme.

Son palabras engañosas,

sanguinarias, ponzoñosas;

que matan sentimientos

sin ningún remordimiento.

Lo que sale de tu boca

con agobiante descaro,

gran aflicción provoca.

Es fuego que sofoca,

te deja en desamparo

si su chispa a ti te toca.

Tu tiempo se acabó

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Yo te di mi corazón

pero tú lo rechazaste,

perdiste la ocasión;

ya no tienes chance.

Tu tiempo se acabó,

tu burla desnudaste,

aunque otra recogió

aquello que botaste.

¡Mírate cómo estás!

Rostro desencajado;

¡ya no juegues más!

¡Todo ha terminado!

Tu amorío fue fugaz;

te han abandonado.

Amor no correspondido

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Quiero enamorarme de ti

pero tus ojos no me dejan,

tal vez otros le aconsejan

que tú, no naciste para mí.

Es que al mirarte, sucumbí,

tus ojos, el fuego reflejan

pero ellos ahora se alejan,

con arrogancia y frenesí.

Un amor no correspondido

va muriendo en el olvido

como olas a orillas del mar.

A tus antojos se ha rendido,

en penumbras yace herido,

sólo tú, lo puedes rescatar.



Todo se echó a perder

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Lágrimas van cayendo,

mojan la tinta y el papel,

la pasión se está yendo

más rápido que un corcel.

¿Amor, me estás oyendo?

¿O me pongo un cascabel?

Tú no me estás creyendo;

yo me largo de este hotel.

Esta noche, estoy seguro,

dejaré este cuarto oscuro.

Espero nunca más volver.

Hoy, por el cielo yo te juro;

te ofrecí el amor más puro,

pero todo, se echo a perder.

Carta en una botella

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Al mar lancé una botella
y una carta en su interior,
viajará en busca de ella;
al encuentro de mi amor.

Navegará por turbias olas
entre el viento y el fragor,
en la tormenta se irá sola,
con un torrente alrededor.

Bregará en la inmensidad
surcará lo desconocido,
con el sol y la oscuridad,
entre océanos atrevidos.

Confrontará la tempestad
duros golpes y el olvido,
no tendrá otra realidad
hasta lograr su cometido.

Ojalá llegué a su destino
que ella lea mi mensaje,
si así lo quiere el divino
podré yo, hacer un viaje.

Franquearé mil caminos,
rutas, arterias y pasajes,
de día seré un peregrino
de noche, hombre coraje.

Distante de tu amor

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

No hurgaré en el pasado
realmente no me importa;
el encanto se ha acabado,
la existencia se me acorta.

El amor me ha vapuleado
este cuerpo no soporta;
las llagas que has dejado,
como fresas, en una torta.

Debo mirar hacia adelante
con confianza y optimismo,
en un mundo tan cambiante.

De seguro, no seré el mismo
de tu amor estaré distante,
de tu cursi sentimentalismo.

Te vi bailar

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Anoche te vi bailar,
estabas tan hermosa,
no te podre olvidar
mujer esplendorosa.

Hermosa como una rosa
como el sol al atardecer,
son tus labios como gotas
que pronto he de beber.

Anoche te vi bailar
y me quede perplejo,
pues pude contemplar
tu rostro en un reflejo.

Te vi bailar, mujer, te vi
tan coqueta y exquisita,
y en instantes comprendí,
que eras mi musa favorita.

Fue grande la impresión
pues los ojos te brillaban;
celoso quedó mi corazón
al ver que otro te abrazaba.

Preguntas sin respuestas

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

¿Por qué tuviste que apagar,
el fuego que por ti encendí?
¿Cómo decidiste renunciar,
al amor, que yo te prometí?

No comprendo qué sucedió;
¿Cuándo cambió tu parecer?
Quiero que digas por favor;
¿Quién me robó tu querer?

Desde el día que te fuiste;
¿Cuánto tiempo ha pasado?
Nunca más me escribiste.

¿Dónde te has refugiado?
En algún lugar te perdiste;
que nadie te ha encontrado.

Me dijo que sí

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Sé de quién enamorarme
obviamente, no será de ti,
porque supiste engañarme
y como tonto, te lo permití.

Tú no puedes consolarme
casi a tiempo comprendí,
no vuelvo a equivocarme;
hoy, he de pensar en mí.

¿Volverás a traicionarme?
Obvio, indudablemente sí,
ya no vengas a buscarme;
pues por tu culpa, yo sufrí.

Ahora quiero desahogarme
con otros labios carmesí,
por otro amor apasionarme;
por el amor en quien creí.

Con ella voy a reencontrarme
hace algún tiempo le pedí:
¿Tu amor puedes regalarme?
Obviamente, me dijo que Sí.

Nuestro lazo

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Lloras porque quieres,
sufres sin razón…
aún no sé qué tienes,
pobre corazón.

Sabes que te quiero
y sin condición…
por amor me quedo
a tu disposición.

¡Ven, toma mi mano!
Reposa en mi regazo;
con mi calor humano.

¡Aférrate a mis brazos!
A mi corazón cristiano.
Refrenda nuestro lazo.

Sabor a capricho

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Tus labios saben a capricho
con gustoso sabor a deseo,
en mi mente yo los saboreo;
sin cuestiones ni entredichos.

¡Cuán sabrosos son tus labios!
con sutil aroma que perdura,
con esencia sabor a frescura;
cual fragancias de un rosario.

En tus labios yo me embriago
bebiendo sorbos de ambrosía;
tan excitantes como un trago.

Con tu beso mi alma desvaría,
porque enciende lo que apago;
aunque todo sea, una fantasía.

Sublime mujer

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Eres vida, amor, pureza y ternura,
eres el ser más sublime del mundo;
un verso que en el tiempo perdura,
hija de Dios, con corazón profundo.

Eres dama, hermosa, eres mujer,
la dulce inspiración de mil poemas;
el universo hoy te quiere enaltecer,
sin suposiciones, ni estratagemas.

Simplemente no estaría presente,
no sería un hombre, no existiría;
pero estoy… gracias a tu vientre.

¡Bendito milagro, quién lo diría!
al estar rodeado de tanta gente;
reconozco pues, tu supremacía.

Inspiración

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Vives en mi corazón
tan dulce, tan bella,
eres tú mi estrella,
mi dulce inspiración.

Es hermosa sensación
pensarte en mi nostalgia,
siento cerca tu fragancia
como el latir del corazón.

Aunque pierda la noción
del tiempo y la distancia,
yo le resto importancia
por vivir esta ilusión.

Tu presencia

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Pensarte no es suficiente
hace falta tu presencia,
para saber qué se siente
al vivir esa experiencia.

Yo anhelo ser simiente;
candente efervescencia,
pero debo ser paciente
y actuar con reverencia.

¡Regálame ese instante,
sácame de la soledad!
¡No seas tan cortante!

Sé que buscas libertad,
suena muy interesante.
No te vayas ¡ten piedad!

Paloma herida

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Si ya has volado demasiado
y tus alitas quieres descansar,
no olvides que aquí te espero
pues mi corazón te quiero dar.

Tú sabes que yo te he amado
entre lágrimas, risas y pesar,
en mi vida siempre he añorado
que tu corazón me puedas dar.

¡Descansa collareja, acurrúcate!
Reposa tu vuelo, baja del cielo;
en mis cálidos brazos, ¡abrígate!

¡Imagina que soy nido, arrebújate!
En mi cobijo con paredes y velos;
dormita sigilosamente, ¡refúgiate!

Dama misteriosa

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Mis brazos buscan estrecharte
como olas a las rocas del mar,
hoy imploro al cielo por amarte
primero, te tengo que encontrar.

Mis manos mueren por tocarte
como toco mi guitarra al trovar,
ruego a Dios poder cantarte
este suave y melodioso vals.

Te encontraré dama misteriosa;
en mis sueños, o en la realidad.
Descubriré tu sonrisa fantasiosa.

Dónde andarás mujer vanidosa;
deja de cubrirte con la soledad.
¡Manifiéstate, radiante mariposa!

Ansias

Autor: Juan Carlos Calderón Pasco

Calma la ansiedad de verte
regálame sólo una mirada,
que en mí quede grabada
en esta vida y en la muerte.

Yo sé que he de perderte
ya no preciso decir nada,
tú ya no estás enamorada
se acabó el deseo ardiente.

¡Benditas ansias que dominan,
mis ganas por querer retenerte!
En mi mágico mundo ¡imagina!

Este sentimiento me conmina,
a mirar más allá del presente;
pero el tiempo, me incrimina.