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lunes, 8 de septiembre de 2014

Los errores del pasado

Por: Juan Carlos Calderón Pasco

Todos en el transcurso de nuestra vida -corta o larga- hemos tenido una serie de aciertos y también de errores. Obviamente los aciertos son producto de sabias decisiones que tomamos en un adecuado momento; no así los errores, que a veces se dan por inmadurez, inexperiencia o por tomar decisiones demasiado apresuradas.
En algún instante de nuestra existencia nos hemos detenido incluso a meditar y hemos anhelado retroceder el tiempo para no cometer los mismos errores y darle a nuestra vida otro rumbo, otra orientación.
Lo cierto es que el tiempo no va a retroceder y las cosas que ya hemos hecho no van a cambiar. Lo que sí nos queda son lecciones de vida de las experiencias buenas o malas que nos hayan ocurrido.

Aunque parezca mentira, tanto de las cosas positivas como de los errores del pasado se pueden aprender muchas cosas, y se puede aprender mucho más si no volvemos a incurrir en el mismo error.
Se dice que errar es humano, y es cierto, pues por nuestra propia naturaleza estamos propensos a equivocarnos no una sino muchas veces. Sin embargo, es meritorio de nuestra parte levantarnos cuando nos caemos, mirar hacia el frente y continuar en la búsqueda de nuestros más caros anhelos.

En estos días se habla de borrar nuestro pasado para poder emprender cosas nuevas. Es cierto y suena sencillo de realizar, pero a algunos que se aferran con uñas y dientes a sucesos del ayer les resultará muy complicado abrirse a nuevos proyectos.
Hagamos que nuestra vida sea como un cuaderno abierto para escribir en cada página una nueva historia, pero a la vez pasando etapas y cerrando capítulos.
Nos quedan lecciones aprendidas y el “de aquí para adelante”. Demos vuelta a la página, sigamos avanzando para terminar nuestro libro con un final feliz. Como reza un dicho: “Quien hace algo puede equivocarse, pero quien no hace nada ya está equivocado”.



A veces nuestra vida, como una hoja en blanco, puede empañarse por la presencia de un punto negro, y por más buenas acciones que realicemos, no podremos borrar aquello negativo que ya hemos hecho. No importa: la vida siempre da revanchas y nuevas oportunidades para crecer. Procuremos que nuestros actos sean nuestra mejor carta de presentación. 


sábado, 6 de septiembre de 2014

Las deudas pendientes

Por: Juan Carlos Calderón Pasco

Todos tenemos deudas pendientes, obligaciones que hemos asumido en algún momento de nuestra vida y que por diversas circunstancias no hemos podido cumplir. Más que deudas de carácter pecuniario, se trata de compromisos que vamos tomando tal vez por temor a no quedar mal con alguien; sin embargo, llegada la hora se nos hace difícil realizar aquello que dijimos que podíamos hacer.
Algunas veces nos comprometemos a ayudar a alguien, otras a acudir a determinado evento social, un evento familiar, el cumpleaños de un amigo, etc. Casi siempre intentamos quedar bien con los demás, pero lo único que logramos es que nuestra reputación quede en tela de juicio por no saber honrar nuestros compromisos.
En ciertas situaciones es imposible poder cumplir algo que hemos comprometido, habrá para ello otra ocasión en la que podamos saldar la deuda. En otras circunstancias somos buenos encontrando la excusa perfecta, pero esta solo nos traerá un alivio momentáneo pues siempre quedará el remordimiento de que le debemos algo a alguien.
No dejan de ser ciertas las frases del acervo popular como “lo prometido es deuda” o “una promesa es una promesa”. Bajo estas premisas, resulta sumamente importante ser sinceros y, sobre todo, valientes a la hora de tomar una decisión o responder a alguien que pida de nosotros un compromiso.
Aunque parezca que resaltan por su simpleza, existen dos expresiones en nuestro vocabulario que si usamos correctamente, nos van a proporcionar en la vida un alto nivel de satisfacción: el ¡sí! y el ¡no!
Para no deber nada a nadie y poder honrar siempre nuestros compromisos, que tu ¡sí! sea siempre ¡sí! y que tu ¡no! sea siempre ¡no!
No nos convirtamos en esclavos de nuestras palabras, como lo hacen siempre los políticos tradicionales y aquellos candidatos que suben a la palestra solo en época electoral. Seamos siempre dueños de nuestros actos y nuestras buenas decisiones.
Un reconocido militar solía decir: “Mi nombre es lo bastante célebre como para que yo lo manche con una infracción a mis promesas”.
Aprendamos a pagar nuestras deudas, aprendamos a cumplir nuestros compromisos para no ser vistos o tratados por otros como referentes de la desconfianza sino como seres cuyas palabras y hechos hablan por sí solos.


lunes, 4 de agosto de 2014

El sentido de la improvisación

Juan Carlos Calderón Pasco

Por el trajín cotidiano o por la presión de hacer las cosas en plazos determinados nos hemos acostumbrado en la actualidad a recurrir a la improvisación para cumplir con diversos objetivos. Improvisar, que no es otra cosas que realizar algo sin haberlo preparado con anterioridad, constituye hoy en día una valiosa acción para aquellos que -por falta de tiempo o por otro tipo de motivación- no logran planificar aquellas cosas que han pensado ejecutar.

En el ámbito organizacional, no existe el éxito si es que las acciones no se planifican con anticipación. Aquí la improvisación es considerada como una práctica que no va a la par con el desarrollo empresarial. De igual forma en el sector económico y financiero se condena cualquier acción improvisada, porque ella podría generar una crisis de la cual sería muy difícil salir, ya que para esa acción no se han elaborado programas de contingencia o medidas de control.
Está claro entonces que improvisar es la contraparte de planificar, pero no necesariamente significa que la improvisación sea mala, pues para muchos pragmáticos resulta una acción espontánea que se presenta como solución a cualquier coyuntura o conflicto.
Sin embargo, improvisar no es una acción que cualquiera puede realizar, pues en determinadas tareas o circunstancias se requiere tener ciertos conocimientos previos. Así como nadie puede hablar sobre lo que no conoce, nadie puede improvisar sobre algo que no sabe.

Un músico que en cualquier momento puede improvisar una melodía, es considerado como un artista con un nivel superior, cuyo talento linda con el virtuosismo, empero ese nivel de improvisación no se da por arte de magia, sino porque ese músico tiene conocimiento de las técnicas y está preparado para interpretar desde una fácil a una compleja pieza musical.
Ciertamente aquella persona que jamás haya tocado un instrumento o haya recibido clases de teoría musical, estará en condiciones de tocar por ejemplo las teclas de un piano e interpretar alguna piezas cumpliendo algunos criterios de composición.

En otros escenarios como el trabajo, en los quehaceres del hogar surgirá siempre la necesidad de improvisar para resolver desde asuntos domésticos hasta las labores más complejas.

En cualquier actividad que queramos realizar, debemos prepararnos para la improvisación con el fin de resolver con criterio y diligencia algún suceso inesperado. Un sabio consejo es no involucrarnos en asuntos que son ajenos a nuestras competencias pues en vez de ser parte de la solución, podríamos ser parte del problema.

martes, 29 de septiembre de 2009

Las 17 leyes indiscutibles del trabajo en equipo (John C. Maxwell)

TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS
En principio, crear un equipo es muy sencillo. Pero crear un equipo ganador es un proceso que supone reconocer ante todo la importancia del trabajo en equipo. Un equipo verdaderamente efectivo es mucho más que la suma de los miembros que lo conforman. Es un conjunto que se ha constituido y que se desempeña según reglas precisas. En este resumen ejecutivo, el autor nos recuerda la importancia de contar con una visión, los peligros del egocentrismo y los beneficios de asumir la voluntad del colectivo, entre otras cosas.

1. LA LEY DE IMPORTANCIA
“El uno es un número demasiado bajo para alcanzar la grandeza”

Los grandes líderes siempre han contado con un equipo que los apoya constantemente. Esto se debe a que el trabajo en equipo es el núcleo de todo logro.

2. LA LEY DE TODO EL PANORAMA
“El objetivo es más importante que el cargo”

Si consideramos que nosotros somos todo el panorama, nunca lograremos ver todo el panorama. Al igual que en los deportes, los logros individuales aumentan el ego, pero sólo los buenos equipos ganan el campeonato.

3. LA LEY DEL NICHO
“Todos los jugadores tienen un lugar en el que ofrecen el mayor valor”

Colin Powell, ex secretario de estado de EUA, constituye un buen ejemplo de la Ley del nicho. Powell fue el primer afroamericano que llegó al cargo de secretario de estado, tenía un historial impecable como soldado, oficial, general de cuatro estrellas, asesor de seguridad nacional y como presidente del estado mayor conjunto de EUA. Cuando llegó el momento de escoger al secretario de estado, estaba claro quién debía ocupar dicho cargo. El presidente Bush tomó una buena decisión al escoger a Powell.

4. LA LEY DEL MONTE EVEREST
“El trabajo en equipo se vuelve más necesario a medida que aumenta el desafío”

Escuchemos las sabias palabras del sherpa Tenzing Norgay, que llegó a la cima del Monte Everest junto a Edmund Hillary en 1953: “No es posible escalar una montaña como el Everest si nos adelantamos del resto”.

5. LA LEY DE LA CADENA
“La fortaleza del equipo se ve afectada por el eslabón más débil”

En 1989, el tanquero Exxon Valdez encalló en el Arrecife Bligh cerca de Prince William Sound. El derrame petrolero costó miles de millones de dólares, sin contar la muerte de miles de pájaros, nutrias, focas y águilas.

6. LA LEY DEL CATALIZADOR
“Los equipos triunfadores cuentan con miembros que hacen que las cosas sucedan”

Los catalizadores son personas que van más allá de lo que les toca hacer. Tomemos por caso a Michael Jordan. Aparte de sus grandes logros en el baloncesto, es muy respetado por su integridad y confiabilidad.

7. LA LEY DE LA BRÚJULA
“La visión les brinda dirección y confianza a los miembros del equipo”

A todo gran triunfo lo precede una gran visión. Los equipos necesitan una gran visión que les enseñe el camino. Un equipo sin visión no tiene, en el peor de los casos, ningún objetivo.

8. LA LEY DE LA MANZANA PODRIDA
“Las malas actitudes arruinan al equipo”

Cualquier rivalidad interna arruina todo el juego del equipo. No basta el talento para ganar. También es necesario que los jugadores tengan una buena actitud. Esta última es garantía de que el equipo triunfará.

9. LA LEY DE LA CONFIABILIDAD
“Los miembros del equipo deben ser capaces de contar los unos con los otros”

Según Stanley C. Gault: “No trabajamos los unos para los otros, sino unos con otros”. La esencia de la confiabilidad está en el deseo de que los miembros del equipo trabajen unidos por un objetivo común.

10. LA LEY DEL PRECIO
“El equipo no logra alcanzar todo su potencial cuando no logra pagar el precio”

En el 2000, Montgomery Ward and Company, uno de los minoristas más viejos de los EUA, cerró sus puertas y se declaró en bancarrota. Perdió la batalla contra Sears, pues no logró pagar el precio.

11. LA LEY DEL MARCADOR
“El equipo puede hacer ajustes cuando sabe cuál es la situación”

eBay es el mejor ejemplo de la ley del marcador, pues se ajusta constantemente a los deseos e intereses de sus clientes. eBay sabe que la gente quiere confiabilidad, seguridad y privacidad en Internet.

12. LA LEY DE LA BANCA
“Los grandes equipos son muy profundos”

Cualquier equipo que quiera lograr la excelencia debe contar tanto con una avanzada como con buenos sustitutos. Esto es cierto no sólo en los deportes sino en cualquier área. Es importante que contemos con una banca.

13. LEY DE IDENTIDAD
“Los valores comunes definen al equipo”

Así como los valores personales influyen y guían el comportamiento individual, los valores organizacionales influyen y guían el comportamiento del equipo.

14. LA LEY DE LA COMUNICACIÓN
Para crear un cambio positivo en la organización se requiere de comunicación. Los miembros de los equipos más efectivos siempre están hablando y escuchándose unos a los otros.

Las tiras cómicas de Dilbert muestran de una forma cómica cómo las comunicaciones se rompen dentro de una organización.

15. LA LEY DEL FILO
“La diferencia entre dos equipos igualmente talentosos está en el liderazgo”

El personal determina el potencial del equipo. La visión determina la dirección del equipo. El trabajo ético determina la preparación del equipo. El liderazgo determina el éxito del equipo.

16. LA LEY DE LA MORAL ALTA
“Cuando estamos ganando, nada nos duele”

Recordemos el sacrificio que hizo la gimnasta Kerri Strug, del equipo femenino de EUA, en las olimpíadas de 1996 en Atlanta. Strug estaba lesionada, pero milagrosamente logró la puntuación que necesitaba su equipo para ganar la medalla de oro.

17. LA LEY DE LOS DIVIDENDOS
“La inversión en el equipo se notará con el tiempo”

El equipo no cambiará de la noche a la mañana con todo el dinero, el tiempo y el esfuerzo invertido en el mismo. Pero los beneficios se verán a largo plazo.

lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Su jefe es un “J” o un “P”? (David Fischman)

ESTILOS DE LIDERAZGO
Las ramas de un árbol son flexibles y se mueven con el viento. Son así porque tienen un tronco sólido y estructurado que las soporta. Igual ocurre en las empresas. Existen personas que tienen un estilo creativo y flexible, pero no son productivas a menos que también tengan la capacidad de estructurarse e implementar sus ideas.


Imagínese las siguientes situaciones: en la empresa A, el gerente general es bastante creativo y espontáneo. Desarrolla un proyecto innovador cada mes, al cual le da nueva prioridad. Las personas se comprometen a plazos que no cumplen y el gerente no fiscaliza Nadie llega puntual a las reuniones, que muchas veces se cancelan. No se llevan actas de las reuniones. Se paralizan proyectos ya avanzados para empezar otros. No existen procesos ni funciones claras. Nunca pueden reunirse con el gerente, porque, aunque se tenga cita, siempre hay algo más importante. Se vive un desorden que desmotiva y afecta la confianza.
Si esta escena le suena familiar, lo más probable es que su gerente sea un P.

En la empresa B, el gerente general es sumamente ordenado. Es imposible que desarrolle alguna idea que no esté en el plan estratégico, aun si la competencia lo exige. Existen procesos, normas y reglas: nadie puede romperlas. Los estilos gerenciales son bastantes directivos y existe poca participación. Las cosas se hacen de forma tradicional y los cambios son muy difíciles de implementar. Se vive un ambiente de poca creatividad que desmotiva a los empleados y merma su confianza.

Si le suena familiar, lo más probable es que su gerente sea un J.

Según Catherine Briggs e Isabel Myers, creadoras del instrumento Myers Briggs, que mide las tipologías de Carl Jung, las personas tienen tipos de preferencias en sus temperamentos.

Las personas que prefieren el orden, la planificación y la estructura son consideradas juzgadoras o, simplemente, J. Las personas que prefieren la flexibilidad, el cambio y la espontaneidad son consideradas perceptoras o P.

Los J tienen capacidad de planificar, implementar, definir procesos y ordenar una empresa.

Los P, en cambio, tienen como fortaleza la capacidad de generar y explorar ideas fomentar el cambio y tolerar la ambigüedad.

¿Dónde está el éxito gerencial? En la capacidad de moderar y balancear nuestro temperamento.

El ingrediente secreto de la salsa César es las anchoas. Cuando tiene la adecuada proporción de ellas, el sabor es muy bueno. Pero cuando exageramos la cantidad de anchoas la salsa sabe a harina de pescado.

Lo mismo ocurre con nuestros estilos, si los exageramos como en los casos anteriores malogramos el clima organizacional y desmotivamos a nuestro personal.

Un gerente general debe tener una conducta balanceada entre J y P. Ambos estilos son necesarios para el éxito empresarial. Esto implica que tendrá que hacer actividades que lo motivan, pero también actividades que le disgustan y tensan.

Por ejemplo, un gerente P tendrá que darse tiempo para organizarse, hace seguimiento detallado a los compromisos y metas, concentrarse en la implementación de las ideas y no sólo en su generación.

Un gerente J, tendrá que generar ideas, aceptar el cambio, la innovación y romper esquemas, aunque le sea difícil.

Una estrategia para lograr el balance es buscar subordinados que tengan un temperamento complementario. Si usted es muy perceptor, entonces contrate personal juzgado que le cubra las espaldas con el orden y la estructura. El problema es que los jefes contratan personas con su mismo temperamento, en busca de las habilidades que ellos valoran.

Moderar nuestro temperamento no es cambiar nuestra esencia. Significa adaptar nuestras conductas a las necesidades de nuestro puesto para así mejorar nuestra capacidad de gerenciar y lograr resultados.

viernes, 25 de septiembre de 2009

La forma de decir las cosas

SABER COMUNICAR
Una sabia y conocida anécdota arabe dice que en una ocasión, un sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó a llamar a un adivino para que interpretase su sueño.
- ¡Qué desgracia mi señor! - exclamó el adivino - cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad.

- ¡Qué insolencia! - gritó el sultán enfurecido - ¿cómo te atreves a decirme semejante cosa? !fuera de aquí! Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.

Más tarde ordenó que le trajesen a otro adivino y le contó lo que había soñado. Éste, después de escuchar al sultán con atención, le dijo: ¡Excelso señor! gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivireis a todos vuestros parientes. Iluminóse el semblante del sultán con una gran sonrisa y ordenó le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:

- No es posible!, la interpretación que habeis hecho de los sueños es la misma que el primer adivino. No entiendo porqué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.

Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo adivino - que todo depende de la forma en el decir.... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender el arte de comunicarse. De la comunicacion depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra.

Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.

La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura ciertamente sera aceptada con agrado.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Paciencia y perseverancia con el agua caliente (David Fischman)


TAO EMPRESARIAL
Vivimos en un mundo global que cambia con mucha velocidad, donde cada vez más se esperan resultados inmediatos. Sin embargo la estructura básica del ser humano no ha cambiado. La paciencia aún es necesaria para el logro de resultados en la vida y el trabajo. Perseveremos fertilizando y regando.

En la antigua Asia una mujer buscó a un sabio para que le hiciera una pócima para reconquistar a su marido. Éste había regresado a la guerra después de meses y no quería saber nada con ella. El sabio le pidió que consiguiera un pelo de tigre salvaje.

La mujer determinada a recuperar al marido, se dirigió al campo y ubicó a un tigre.
Diariamente le llevaba un trozo de carne. Al comienzo el tigre no permitía que se le acercara, pero poco a poco lo logró. Un tiempo después la mujer pudo darle la carne y quedarse junto a él hasta que un día, cuando el animal estaba durmiendo, le sacó el pelo que necesitaba y fue donde el sabio

La mujer le pidió la pócima, pero el sabio le respondió sonriendo: “Mujer, ya no necesitas pócima. Si has logrado conquistar con amor y paciencia a un tigre feroz, igualmente podrás reconquistar a tu marido”.

Hoy en día la paciencia es una cualidad olvidada. Los cambios y la tecnología nos acostumbran a esperar resultados inmediatos. Los juegos electrónicos nos condicionan a responder en forma inmediata. El control remoto del televisor y la variedad de canales nos dan la posibilidad de escoger y cambiar rápidamente. Internet nos da acceso inmediato a la información que queremos. La competencia y la globalización hace que el servicio en cualquier negocio mejore, acostumbrándonos a esperar resultados inmediatos.

Pero todo nos inmediato en la vida, hay actividades que requieren mucha paciencia. En el campo por más que quieras resultados, tienes que esperar pacientemente que llegue el momento de cosechar.

En lo personal necesitamos paciencia y perseverancia para los estudios, para reemplazar un hábito, para aprender una nueva habilidad, o para lograr nuestra visión o metas importantes. Como menciona Scott Peck en su libro “The roadless Travelled”, tenemos que saber postergar la gratificación. Si quiero obtener una maestría, tengo que ser paciente y perseverante durante el proceso y no buscar gratificaciones inmediatas como viajes u otras actividades de placer que impidan el estudio.

En las organizaciones necesitamos paciencia para entender las demoras naturales de los sistemas empresariales. Peter Senge menciona un ejemplo en “La Quinta Disciplina”. En las tuberías antiguas cuando uno abre la llave de agua caliente, el agua sale fría por un tiempo y luego calienta. Si uno se quiere bañar debe tener paciencia para esperar que caliente. De lo contrario, abrimos tanto la llave que cuando sale nos quemamos. En la teoría de sistemas esto se denomina “demoras”.

En el mundo empresarial empresarial existen muchas “demoras”. Cuando empezamos un proceso de cambio reestructuración; cuando contratamos nuevo personal; cuando implementamos un proceso de calidad o estrategias competitivas. Los beneficios toman tiempo en materializarse. Hay que tener paciencia para esperar las “demoras” en los resultados de lo contrario nos podemos quemar como en el agua caliente.

La semilla de bambú es una nuez de cáscara muy dura. Cuando uno la planta en el primer año no pasa nada. La sigue abonando y regando el segundo año y no pasa nada. El tercero y cuarto tampoco. Pero cuando llega el quinto año el bambú crece 39 metros en seis semanas.

Tengamos paciencia con los siglos naturales de la vida y el trabajo, perseveremos fertilizando y regando para que cuando llegue el tiempo, el resultado nos sorprenda.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Qué piensas y quién eres (David Fischman)


EL PODER DE LA MENTE

Nuestra mente es como un río de pensamientos: si por la corriente fluye agua contaminada, sucia, poluta (pensamientos negativos, nocivos, angustiosos), ella destruirá nuestros sembríos y no nos permitirá cosechar un crecimiento personal y profesional positivo.

Cuentan que un rey muy enfermo pidio a un sabio gurú que lo cure. Éste le dijo que se salvaría cuando consiguiera ver todo de color azul. El rey inmediatamente mandó pintar de color azul casas y campos, a teñir las telas y exigió a todos sus súbditos vestirse cerúleos.

Meses después regresó el gurú al ver al rey. El centinela viéndolo ataviado de blanco, lo obligó a ponerse un traje azul: Cuando preguntó por qué, el guardia le respondió: "Hace unos meses un gurú demente aconsejó ver todo de color azul a su Alteza".

El sabio le respondió: "Yo soy ese docto varón, pero quien se ha desquiciado es su Excelencia".

Al ver al real mandatario, hizo una venia y le dijo: "Su serenísima majestad, yo le pedí que viera todo azul, no que cambiase la creación de Dios. Lo que debió hacer fue ponerse unos lentes azules y así arreglaba su problema".

Como en la historia, nosotros muchas veces pretendemos cambiar sin éxito a las personas y situaciones con quienes nos enfrentamos. Sin embargo, lo que sí podemos cambiar es nuestra percepción sobre ellos. Podemos ponernos unos "lentes" que nos permitan ver lo positivo de la vida.

Ante una situación difícil podemos llenarnos de angustia, dolor rabia o preocupación. O podemos cambiarnos los lentes y percibir el estímulo como una oportunidad para aprender y crecer en la vida.

Los pensamientos son muy poderosos y afectan nuestro cuerpo. Haz el siguiente ejercicio: imagínese cortando un limón en dos y llevándolo poco a poco a su boca. Visualice su lengua en contacto con las gotas del limón fresco. Probablemente al practicar este ejercicio has sentido como tu boca salivaba con el pensamiento del cítrico.

Esta es una simple demostración de cómo los pensamientos pueden tener efectos fisiológicos en nuestro cuerpo.

Numerosos estudios demuestran que pensar negativamente todo el día envía señales destructivas a nuestro organismo. Si amontonamos desperdicios en nuestra cocina atraeremos cucarachas, ratas y otras alimañas.

De la misma manera, si llenamos nuestra mente de basura y negatividad, atraeremos personas y situaciones de energía negativa que complicarán más nuestra existencia.

Entonces, si en alguna oportunidad se enfrenta a una situación adversa, recuerda que sólo tú decides lo que piensas y qué consecuencias puede traer para tu vida si se tratase de pensamientos positivos o negativos.

viernes, 19 de junio de 2009

¿Qué es el éxito? (Carlos Slim)

Para todos aquellos que han alcanzado el éxito y para quienes estamos en el camino para alcanzarlo.

En la entrevista sobre el éxito que le hace Issac Lee, de la revista PODER, al Mexicano Carlos Slim, el hombre más rico de América Latina, este dice:

“Yo creo que el éxito no está en lo económico. Yo creo que una persona no es de éxito porque le va bien en los negocios o le va bien profesionalmente o saca 10 en la escuela.
Creo que eso es lo que menos vale. Lo que vale es tener los pies en la tierra, la familia – el concepto de familia-, los amigos (Pero los verdaderos amigos, ese que cuando te recuerda te llama, cuando sabe que estas mal en cualquier circunstancia te llama para saber si se te ofrece algo, ese que cuando te ve te da un abrazo sincero, ese que cuando te ve le da gusto saber que existes).
Apreciar las cosas que tienen valor VERDADERO!, no material, no físico necesariamente”. Pienso que a este concepto bien le puedo añadir una reflexión que me regaló mi madre:


“El Éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina.

No se debe a los títulos nobles y académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste.
No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuántos carros quepan en tu cochera.


No se trata si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales.
No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces.
No se debe a la ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu status social.
No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.


El Éxito…….. Se debe a cuánta gente te sonríe, a cuántas gentes amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu.

Se trata de si te recuerdan cuando te vas.
Se refiere a cuánta gente ayudas, a cuanta evitas lastimar y si guardas o no rencor en tu corazón.


Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños.
De si tus logros no hieren a tus semejantes.
Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás.
Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si fuiste arrogante o humilde, soberbio o considerado, si fuiste exigente o tolerante.


Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta.
No es acerca de cuántos te siguen si no de cuántos realmente te aman. No es acerca de transmitir, si no cuántos te creen si eres feliz o finges estarlo.
Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más,
no de tener más, ESTO ES EL ÉXITO!



Analiza estos pensamientos...

Un triunfador es PARTE DE LA SOLUCIÓN.
Un perdedor es PARTE DEL PROBLEMA.


Un triunfador dice: “Debe haber una forma mejor de hacerlo. . .”
Un perdedor dice: “Esta es la forma en que siempre lo hemos hecho. No hay otra…”


Cuando un triunfador comete un error, dice: “Me Equivoqué“, y aprende la lección.
Cuando un perdedor comete un error, dice: "No fue culpa mía” y responsabiliza a los otros.


Un triunfador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros.
Un perdedor se siente víctima durante las adversidades.


Un triunfador sabe que el resultado de las cosas depende de sí mismo.
Un perdedor cree que existe la mala suerte.


Un triunfador enfrenta los desafíos uno a uno.
Un perdedor rodea los desafíos y no se atreve a intentar.


Un triunfador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no se pone “manos a la obra” y cuando falla sólo se sabe justificar.


Un triunfador dice: "Soy bueno, pero puedo mejorar".
Un perdedor dice:“No soy tan malo como otros".


Un triunfador sabe escuchar, comprende y responde.
Un perdedor interrumpe y no espera que llegue su momento de hablar.


Un triunfador respeta a aquellos que saben más y se preocupa en aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste a todos los que saben más y sólo se fija en sus defectos.


Un triunfador consigue "ver el bosque en su totalidad".
Un perdedor se fija sólo “en el árbol que le toca plantar".


Un triunfador se siente responsable por algo más que por su propio trabajo.
Un perdedor no se compromete y siempre dice: “Hago mi trabajo y ya es bastante”.

Un triunfador trabaja mucho y dedica más tiempo para sí mismo.
Un perdedor está siempre “muy ocupado” o “muy cansado”y no tiene tiempo para los suyos.


No importa que tan fuertes sean tus creencias. Si no usas tu sabiduría para crear cambios positivos sigues siendo parte del problema, no de la solución ....