Plataforma para el desarrollo personal. Bitácora de las cosas simples de la vida.
lunes, 8 de septiembre de 2014
Los errores del pasado
sábado, 6 de septiembre de 2014
Las deudas pendientes
lunes, 4 de agosto de 2014
El sentido de la improvisación
martes, 29 de septiembre de 2009
Las 17 leyes indiscutibles del trabajo en equipo (John C. Maxwell)

“El uno es un número demasiado bajo para alcanzar la grandeza”
Los grandes líderes siempre han contado con un equipo que los apoya constantemente. Esto se debe a que el trabajo en equipo es el núcleo de todo logro.
2. LA LEY DE TODO EL PANORAMA
“El objetivo es más importante que el cargo”
Si consideramos que nosotros somos todo el panorama, nunca lograremos ver todo el panorama. Al igual que en los deportes, los logros individuales aumentan el ego, pero sólo los buenos equipos ganan el campeonato.
3. LA LEY DEL NICHO
“Todos los jugadores tienen un lugar en el que ofrecen el mayor valor”
Colin Powell, ex secretario de estado de EUA, constituye un buen ejemplo de la Ley del nicho. Powell fue el primer afroamericano que llegó al cargo de secretario de estado, tenía un historial impecable como soldado, oficial, general de cuatro estrellas, asesor de seguridad nacional y como presidente del estado mayor conjunto de EUA. Cuando llegó el momento de escoger al secretario de estado, estaba claro quién debía ocupar dicho cargo. El presidente Bush tomó una buena decisión al escoger a Powell.
4. LA LEY DEL MONTE EVEREST
“El trabajo en equipo se vuelve más necesario a medida que aumenta el desafío”
Escuchemos las sabias palabras del sherpa Tenzing Norgay, que llegó a la cima del Monte Everest junto a Edmund Hillary en 1953: “No es posible escalar una montaña como el Everest si nos adelantamos del resto”.
5. LA LEY DE LA CADENA
“La fortaleza del equipo se ve afectada por el eslabón más débil”
En 1989, el tanquero Exxon Valdez encalló en el Arrecife Bligh cerca de Prince William Sound. El derrame petrolero costó miles de millones de dólares, sin contar la muerte de miles de pájaros, nutrias, focas y águilas.
6. LA LEY DEL CATALIZADOR
“Los equipos triunfadores cuentan con miembros que hacen que las cosas sucedan”
Los catalizadores son personas que van más allá de lo que les toca hacer. Tomemos por caso a Michael Jordan. Aparte de sus grandes logros en el baloncesto, es muy respetado por su integridad y confiabilidad.
7. LA LEY DE LA BRÚJULA
“La visión les brinda dirección y confianza a los miembros del equipo”
A todo gran triunfo lo precede una gran visión. Los equipos necesitan una gran visión que les enseñe el camino. Un equipo sin visión no tiene, en el peor de los casos, ningún objetivo.
8. LA LEY DE LA MANZANA PODRIDA
“Las malas actitudes arruinan al equipo”
Cualquier rivalidad interna arruina todo el juego del equipo. No basta el talento para ganar. También es necesario que los jugadores tengan una buena actitud. Esta última es garantía de que el equipo triunfará.
9. LA LEY DE LA CONFIABILIDAD
“Los miembros del equipo deben ser capaces de contar los unos con los otros”
Según Stanley C. Gault: “No trabajamos los unos para los otros, sino unos con otros”. La esencia de la confiabilidad está en el deseo de que los miembros del equipo trabajen unidos por un objetivo común.
10. LA LEY DEL PRECIO
“El equipo no logra alcanzar todo su potencial cuando no logra pagar el precio”
En el 2000, Montgomery Ward and Company, uno de los minoristas más viejos de los EUA, cerró sus puertas y se declaró en bancarrota. Perdió la batalla contra Sears, pues no logró pagar el precio.
11. LA LEY DEL MARCADOR
“El equipo puede hacer ajustes cuando sabe cuál es la situación”
eBay es el mejor ejemplo de la ley del marcador, pues se ajusta constantemente a los deseos e intereses de sus clientes. eBay sabe que la gente quiere confiabilidad, seguridad y privacidad en Internet.
12. LA LEY DE LA BANCA
“Los grandes equipos son muy profundos”
Cualquier equipo que quiera lograr la excelencia debe contar tanto con una avanzada como con buenos sustitutos. Esto es cierto no sólo en los deportes sino en cualquier área. Es importante que contemos con una banca.
13. LEY DE IDENTIDAD
“Los valores comunes definen al equipo”
Así como los valores personales influyen y guían el comportamiento individual, los valores organizacionales influyen y guían el comportamiento del equipo.
14. LA LEY DE LA COMUNICACIÓN
Para crear un cambio positivo en la organización se requiere de comunicación. Los miembros de los equipos más efectivos siempre están hablando y escuchándose unos a los otros.
Las tiras cómicas de Dilbert muestran de una forma cómica cómo las comunicaciones se rompen dentro de una organización.
15. LA LEY DEL FILO
“La diferencia entre dos equipos igualmente talentosos está en el liderazgo”
El personal determina el potencial del equipo. La visión determina la dirección del equipo. El trabajo ético determina la preparación del equipo. El liderazgo determina el éxito del equipo.
16. LA LEY DE LA MORAL ALTA
“Cuando estamos ganando, nada nos duele”
Recordemos el sacrificio que hizo la gimnasta Kerri Strug, del equipo femenino de EUA, en las olimpíadas de 1996 en Atlanta. Strug estaba lesionada, pero milagrosamente logró la puntuación que necesitaba su equipo para ganar la medalla de oro.
17. LA LEY DE LOS DIVIDENDOS
“La inversión en el equipo se notará con el tiempo”
El equipo no cambiará de la noche a la mañana con todo el dinero, el tiempo y el esfuerzo invertido en el mismo. Pero los beneficios se verán a largo plazo.
lunes, 28 de septiembre de 2009
¿Su jefe es un “J” o un “P”? (David Fischman)

En la empresa B, el gerente general es sumamente ordenado. Es imposible que desarrolle alguna idea que no esté en el plan estratégico, aun si la competencia lo exige. Existen procesos, normas y reglas: nadie puede romperlas. Los estilos gerenciales son bastantes directivos y existe poca participación. Las cosas se hacen de forma tradicional y los cambios son muy difíciles de implementar. Se vive un ambiente de poca creatividad que desmotiva a los empleados y merma su confianza.
Si le suena familiar, lo más probable es que su gerente sea un J.
Según Catherine Briggs e Isabel Myers, creadoras del instrumento Myers Briggs, que mide las tipologías de Carl Jung, las personas tienen tipos de preferencias en sus temperamentos.
Las personas que prefieren el orden, la planificación y la estructura son consideradas juzgadoras o, simplemente, J. Las personas que prefieren la flexibilidad, el cambio y la espontaneidad son consideradas perceptoras o P.
Los J tienen capacidad de planificar, implementar, definir procesos y ordenar una empresa.
Los P, en cambio, tienen como fortaleza la capacidad de generar y explorar ideas fomentar el cambio y tolerar la ambigüedad.
¿Dónde está el éxito gerencial? En la capacidad de moderar y balancear nuestro temperamento.
El ingrediente secreto de la salsa César es las anchoas. Cuando tiene la adecuada proporción de ellas, el sabor es muy bueno. Pero cuando exageramos la cantidad de anchoas la salsa sabe a harina de pescado.
Lo mismo ocurre con nuestros estilos, si los exageramos como en los casos anteriores malogramos el clima organizacional y desmotivamos a nuestro personal.
Un gerente general debe tener una conducta balanceada entre J y P. Ambos estilos son necesarios para el éxito empresarial. Esto implica que tendrá que hacer actividades que lo motivan, pero también actividades que le disgustan y tensan.
Por ejemplo, un gerente P tendrá que darse tiempo para organizarse, hace seguimiento detallado a los compromisos y metas, concentrarse en la implementación de las ideas y no sólo en su generación.
Un gerente J, tendrá que generar ideas, aceptar el cambio, la innovación y romper esquemas, aunque le sea difícil.
Una estrategia para lograr el balance es buscar subordinados que tengan un temperamento complementario. Si usted es muy perceptor, entonces contrate personal juzgado que le cubra las espaldas con el orden y la estructura. El problema es que los jefes contratan personas con su mismo temperamento, en busca de las habilidades que ellos valoran.
Moderar nuestro temperamento no es cambiar nuestra esencia. Significa adaptar nuestras conductas a las necesidades de nuestro puesto para así mejorar nuestra capacidad de gerenciar y lograr resultados.
viernes, 25 de septiembre de 2009
La forma de decir las cosas
- ¡Qué insolencia! - gritó el sultán enfurecido - ¿cómo te atreves a decirme semejante cosa? !fuera de aquí! Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro adivino y le contó lo que había soñado. Éste, después de escuchar al sultán con atención, le dijo: ¡Excelso señor! gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivireis a todos vuestros parientes. Iluminóse el semblante del sultán con una gran sonrisa y ordenó le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
- No es posible!, la interpretación que habeis hecho de los sueños es la misma que el primer adivino. No entiendo porqué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo adivino - que todo depende de la forma en el decir.... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender el arte de comunicarse. De la comunicacion depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra.
Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura ciertamente sera aceptada con agrado.
viernes, 18 de septiembre de 2009
Paciencia y perseverancia con el agua caliente (David Fischman)
En la antigua Asia una mujer buscó a un sabio para que le hiciera una pócima para reconquistar a su marido. Éste había regresado a la guerra después de meses y no quería saber nada con ella. El sabio le pidió que consiguiera un pelo de tigre salvaje.
La mujer le pidió la pócima, pero el sabio le respondió sonriendo: “Mujer, ya no necesitas pócima. Si has logrado conquistar con amor y paciencia a un tigre feroz, igualmente podrás reconquistar a tu marido”.
Hoy en día la paciencia es una cualidad olvidada. Los cambios y la tecnología nos acostumbran a esperar resultados inmediatos. Los juegos electrónicos nos condicionan a responder en forma inmediata. El control remoto del televisor y la variedad de canales nos dan la posibilidad de escoger y cambiar rápidamente. Internet nos da acceso inmediato a la información que queremos. La competencia y la globalización hace que el servicio en cualquier negocio mejore, acostumbrándonos a esperar resultados inmediatos.

En las organizaciones necesitamos paciencia para entender las demoras naturales de los sistemas empresariales. Peter Senge menciona un ejemplo en “La Quinta Disciplina”. En las tuberías antiguas cuando uno abre la llave de agua caliente, el agua sale fría por un tiempo y luego calienta. Si uno se quiere bañar debe tener paciencia para esperar que caliente. De lo contrario, abrimos tanto la llave que cuando sale nos quemamos. En la teoría de sistemas esto se denomina “demoras”.
En el mundo empresarial empresarial existen muchas “demoras”. Cuando empezamos un proceso de cambio reestructuración; cuando contratamos nuevo personal; cuando implementamos un proceso de calidad o estrategias competitivas. Los beneficios toman tiempo en materializarse. Hay que tener paciencia para esperar las “demoras” en los resultados de lo contrario nos podemos quemar como en el agua caliente.

Tengamos paciencia con los siglos naturales de la vida y el trabajo, perseveremos fertilizando y regando para que cuando llegue el tiempo, el resultado nos sorprenda.
viernes, 11 de septiembre de 2009
Qué piensas y quién eres (David Fischman)
Nuestra mente es como un río de pensamientos: si por la corriente fluye agua contaminada, sucia, poluta (pensamientos negativos, nocivos, angustiosos), ella destruirá nuestros sembríos y no nos permitirá cosechar un crecimiento personal y profesional positivo.

viernes, 19 de junio de 2009
¿Qué es el éxito? (Carlos Slim)
En la entrevista sobre el éxito que le hace Issac Lee, de la revista PODER, al Mexicano Carlos Slim, el hombre más rico de América Latina, este dice:
Creo que eso es lo que menos vale. Lo que vale es tener los pies en la tierra, la familia – el concepto de familia-, los amigos (Pero los verdaderos amigos, ese que cuando te recuerda te llama, cuando sabe que estas mal en cualquier circunstancia te llama para saber si se te ofrece algo, ese que cuando te ve te da un abrazo sincero, ese que cuando te ve le da gusto saber que existes).
Apreciar las cosas que tienen valor VERDADERO!, no material, no físico necesariamente”. Pienso que a este concepto bien le puedo añadir una reflexión que me regaló mi madre:
“El Éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina.
No se debe a los títulos nobles y académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste.
No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuántos carros quepan en tu cochera.
No se trata si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales.
No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces.
No se debe a la ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu status social.
No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.
El Éxito…….. Se debe a cuánta gente te sonríe, a cuántas gentes amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu.
Se trata de si te recuerdan cuando te vas.
Se refiere a cuánta gente ayudas, a cuanta evitas lastimar y si guardas o no rencor en tu corazón.
Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños.
De si tus logros no hieren a tus semejantes.
Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás.
Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si fuiste arrogante o humilde, soberbio o considerado, si fuiste exigente o tolerante.
Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta.
No es acerca de cuántos te siguen si no de cuántos realmente te aman. No es acerca de transmitir, si no cuántos te creen si eres feliz o finges estarlo.
Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más,
no de tener más, ESTO ES EL ÉXITO!
Analiza estos pensamientos...
Un triunfador es PARTE DE LA SOLUCIÓN.
Un perdedor es PARTE DEL PROBLEMA.
Un triunfador dice: “Debe haber una forma mejor de hacerlo. . .”
Un perdedor dice: “Esta es la forma en que siempre lo hemos hecho. No hay otra…”
Cuando un triunfador comete un error, dice: “Me Equivoqué“, y aprende la lección.
Cuando un perdedor comete un error, dice: "No fue culpa mía” y responsabiliza a los otros.
Un triunfador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros.
Un perdedor se siente víctima durante las adversidades.
Un triunfador sabe que el resultado de las cosas depende de sí mismo.
Un perdedor cree que existe la mala suerte.
Un triunfador enfrenta los desafíos uno a uno.
Un perdedor rodea los desafíos y no se atreve a intentar.
Un triunfador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no se pone “manos a la obra” y cuando falla sólo se sabe justificar.
Un triunfador dice: "Soy bueno, pero puedo mejorar".
Un perdedor dice:“No soy tan malo como otros".
Un triunfador sabe escuchar, comprende y responde.
Un perdedor interrumpe y no espera que llegue su momento de hablar.
Un triunfador respeta a aquellos que saben más y se preocupa en aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste a todos los que saben más y sólo se fija en sus defectos.
Un triunfador consigue "ver el bosque en su totalidad".
Un perdedor se fija sólo “en el árbol que le toca plantar".
Un triunfador se siente responsable por algo más que por su propio trabajo.
Un perdedor no se compromete y siempre dice: “Hago mi trabajo y ya es bastante”.
Un triunfador trabaja mucho y dedica más tiempo para sí mismo.
Un perdedor está siempre “muy ocupado” o “muy cansado”y no tiene tiempo para los suyos.
No importa que tan fuertes sean tus creencias. Si no usas tu sabiduría para crear cambios positivos sigues siendo parte del problema, no de la solución ....