jueves, 12 de enero de 2012

Los momentos irrepetibles

Por: Juan Carlos Calderón Pasco

Cada momento es irrepetible. Cada segundo, cada minuto de nuestra corta existencia es irrepetible. Podríamos haber pasado varias navidades en casa, podríamos haber viajado varias veces al mismo lugar, o podríamos haber cenado el mismo plato, en el mismo restaurante y en reiteradas ocasiones, sin embargo, es totalmente seguro que ninguno de esos instantes se ha repetido.


Los momentos son irrepetibles no sólo porque cambian las fechas, sino los escenarios e incluso las personas que nos acompañan. Por lo tanto, si los momentos son irrepetibles, es evidente que de aquí en adelante nada será igual, o simplemente, todo será diferente.

Si gustas puedes regresar al colegio donde estudiaste, a la universidad, o al barrio donde pasaste los primeros años de tu infancia, puedes volver, y repito, puedes. Pero es inevitable que te des con la sorpresa de que las cosas han cambiado y que los amigos o personas que conociste ya no están. Tal vez te topes con algunos de ellos, te alegrarás de verlos, pero a la vez te atrapará la nostalgia de saber que el tiempo ha pasado y que aquellos momentos que viviste jamás volverán.

En ocasiones solemos afirmar que lo pasado fue mejor, aunque de forma repentina cambiamos de parecer y deseamos que nuestro futuro sea mejor. Sea como fuese, debemos saber que en algún momento nuestro futuro será pasado y que el pasado será olvidado.

Por ello, para evitar dilemas entre lo que fue y lo que vendrá, concentrémonos en el momento presente, en las experiencias que hoy podemos disfrutar, como escuchar música, aquella que nos gusta. Tomar un café caliente, con alguien que nos gusta. Pasear, viajar, leer, conversar o hacer aquellas cosas que sean las más gratificantes para nuestro ser.

Abracemos este momento, valorémoslo, y sobre todo, vivámoslo, porque el momento que hoy tenemos será indiscutiblemente, irrepetible.

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