lunes, 4 de agosto de 2014

El sentido de la improvisación

Juan Carlos Calderón Pasco

Por el trajín cotidiano o por la presión de hacer las cosas en plazos determinados nos hemos acostumbrado en la actualidad a recurrir a la improvisación para cumplir con diversos objetivos. Improvisar, que no es otra cosas que realizar algo sin haberlo preparado con anterioridad, constituye hoy en día una valiosa acción para aquellos que -por falta de tiempo o por otro tipo de motivación- no logran planificar aquellas cosas que han pensado ejecutar.

En el ámbito organizacional, no existe el éxito si es que las acciones no se planifican con anticipación. Aquí la improvisación es considerada como una práctica que no va a la par con el desarrollo empresarial. De igual forma en el sector económico y financiero se condena cualquier acción improvisada, porque ella podría generar una crisis de la cual sería muy difícil salir, ya que para esa acción no se han elaborado programas de contingencia o medidas de control.
Está claro entonces que improvisar es la contraparte de planificar, pero no necesariamente significa que la improvisación sea mala, pues para muchos pragmáticos resulta una acción espontánea que se presenta como solución a cualquier coyuntura o conflicto.
Sin embargo, improvisar no es una acción que cualquiera puede realizar, pues en determinadas tareas o circunstancias se requiere tener ciertos conocimientos previos. Así como nadie puede hablar sobre lo que no conoce, nadie puede improvisar sobre algo que no sabe.

Un músico que en cualquier momento puede improvisar una melodía, es considerado como un artista con un nivel superior, cuyo talento linda con el virtuosismo, empero ese nivel de improvisación no se da por arte de magia, sino porque ese músico tiene conocimiento de las técnicas y está preparado para interpretar desde una fácil a una compleja pieza musical.
Ciertamente aquella persona que jamás haya tocado un instrumento o haya recibido clases de teoría musical, estará en condiciones de tocar por ejemplo las teclas de un piano e interpretar alguna piezas cumpliendo algunos criterios de composición.

En otros escenarios como el trabajo, en los quehaceres del hogar surgirá siempre la necesidad de improvisar para resolver desde asuntos domésticos hasta las labores más complejas.

En cualquier actividad que queramos realizar, debemos prepararnos para la improvisación con el fin de resolver con criterio y diligencia algún suceso inesperado. Un sabio consejo es no involucrarnos en asuntos que son ajenos a nuestras competencias pues en vez de ser parte de la solución, podríamos ser parte del problema.

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