En la paz de mi alma te abracé
en la luz de mis sueños te besé,
mi corazón te pude entregar
nunca quise de allí despertar
Allí en mis sueños me decías
que igual que yo me amarías,
que no me dejarías por temor
de llenar tu vida con dolor.
Pero desperté, ¡qué triste realidad!
fueron sólo sueños, nada fue real,
al menos tu rostro pude acariciar
y tus tiernos ojos contemplar.
La vida es muy dura en este mundo
y por eso quiero ser un vagabundo,
pero más prefiero seguir durmiendo
a estar despierto y por amor muriendo.
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